Durante el futuro previsible, no participaremos en una fuerza de estabilización, afirmó el canciller a la agencia de prensa DPA, argumentando que dicha misión no sería solo de mediación, sino que «debe garantizar también la seguridad concreta».
Muchos no pueden imaginarse a soldados alemanes realizando tales tareas precisamente en esta región, añadió.
Wadephul sí aseguró que Alemania está dispuesta a participar en estructuras previstas por resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU, como un hipotético «Consejo de Paz», aunque afirmó no haber recibido una invitación formal.
Además, instó a una rápida implementación de la segunda fase del plan de paz del expresidente estadounidense Donald Trump, que incluye el desarme de Hamás.
El ministro reiteró el compromiso de Alemania con la seguridad de Israel, debido a su «responsabilidad especial» histórica, y su voluntad de actuar como mediador.
Paralelamente, anunció que Berlín desempeñará un papel clave en la reconstrucción de Gaza y espera que una conferencia internacional para ello se celebre a principios de 2026, haciendo un llamado a los ricos países del Golfo para que contribuyan financieramente.
Analistas de política exterior del Instituto Alemán para Asuntos Internacionales y de Seguridad consideran que la decisión refleja el trauma histórico y la extrema cautela de Berlín ante cualquier despliegue militar en el Medio Oriente, especialmente en un contexto vinculado al conflicto israelí-palestino.
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