El programa de conservación desplegado en este territorio caribeño, con características de santuario natural, busca reforzar su diversidad genética y aumentar la población de esta variedad de reptil, también conocida como Iguana delicatissima.
De acuerdo con reseñas de prensa, en 2015 los científicos en Anguila se armaron con largos palos con un lazo en el extremo para atrapar iguanas de las Antillas Menores y transportarlas a Prickly Pear Este, donde no hay amenazas mortales.
La iguana de las Antillas Menores ya ha desaparecido de buena parte de su área de distribución en el Caribe oriental, según un reporte de Euronews.
Su población mundial se estima en menos de 20 mil adultos y sigue disminuyendo, según plantean grupos de conservación.
Cuando son individuos jóvenes estás iguanas presentan color verde brillante, y con el tiempo se vuelven gris pizarra o negro polvoriento, y su esperanza de vida de más de 20 años en la naturaleza.
Se estima que probablemente llegaron a las islas antillanas flotando sobre escombros arrastrados por ríos que se desbordaron en América del Sur, según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza citada por independentespañol.
En ese momento, las iguanas habitaban unas 10 islas, pero ahora están extintas en Antigua, Barbuda, San Cristóbal, Nevis y San Martín, y han desaparecido en gran medida de Guadalupe, San Bartolomé y Martinica, según el grupo de conservación Re:wild.
mem/dla





