Los principales contratos incluyen la venta de fragatas a Noruega y cazas a Türkiye, con destaque de un acuerdo de 10 mil millones por al menos cinco fragatas Type 26 y otro de ocho mil millones por 20 aviones de combate Typhoon.
Expertos consultados por el medio señalan que este auge refleja la creciente militarización de las relaciones internacionales y la priorización de la industria bélica en la política exterior británica.
Reino Unido se sumó a un acuerdo de control de exportaciones de defensa con Francia, Alemania y España, un paso dirigido a simplificar las ventas a países socios, según analistas.
El récord consolida a Londres como uno de los principales actores del mercado global de armas, en un contexto de aumento generalizado del gasto militar y tensiones geopolíticas.
La actitud evidencia la estrategia gubernamental de impulsar la base industrial militar nacional, al tiempo que se fortalece la cooperación en materia de defensa dentro de Europa.
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