El tiroteo contra la comunidad judía en la popular playa de Bondi dejó 16 muertos y la Oficina de Inteligencia Nacional continúa investigando el hecho.
Unas 17 familias enviaron una carta al primer ministro Anthony Albanese mediante la cual solicitan la creación inmediata de una comisión que analice el crecimiento del antisemitismo en el país, así como los fallos policiales, de inteligencia y de política que precedieron al ataque.
En la misiva, los familiares demandan respuestas y soluciones, cuestionando por qué se ignoraron señales de advertencia y se permitió el avance del extremismo islámico sin control.
La masacre ocurrió durante una celebración de Janucá, con alrededor de dos mil personas presentes.
Dos ciudadanos provocaron el caos: un hombre de 50 años de edad, abatido en el lugar por fuerzas del orden, y su hijo de 24 años, detenido.
La Policía australiana calificó el hecho de atentado terrorista y reportó el hallazgo de varias banderas del Estado Islámico en la camioneta de los atacantes.
Más de 40 personas sufrieron heridas, algunas cuando intentaban detener a uno de los tiradores en el balneario más popular de Australia.
Hace pocos días, Albanese homenajeó a Boris y Sofia Gurman, pareja judía de origen ruso residente en Bondi, quienes murieron al intentar frenar a uno de los atacantes en el inicio del atentado terrorista.
El primer ministro los calificó de “héroes australianos” y subrayó que su valiente acción en la carretera, previa al primer disparo, permitió alertar a otras personas en la zona.
Durante el atentado, algunas personas arriesgaron la vida para salvar a otros, entre ellos, los Gurman y el ciudadano de origen sirio Ahmed al Ahmed, quien consiguió desarmar al más joven de los atacantes pese a resultar herido de bala.
Entre las víctimas mortales figuran una niña de 10 años, un rabino y un sobreviviente del Holocausto.
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