En barrios de la ciudad costera de Latakia, grupos de jóvenes progobierno lanzaron ataques simultáneos contra comercios y vehículos civiles en zonas habitadas por alauitas.
Los incidentes incluyeron disparos al aire, lanzamiento de granadas aturdidoras, actos de vandalismo e incendios de propiedades públicas y privadas, acompañados de consignas e insultos sectarios.
Fuentes locales confirmaron que al menos tres personas resultaron heridas, una de ellas de gravedad, lo que incrementó el temor a una posible escalada de la violencia.
De acuerdo con la agencia oficial SANA, las fuerzas de seguridad se desplegaron en las áreas afectadas con el objetivo de evitar nuevos enfrentamientos y conservar el orden.
El Observatorio Sirio de Derechos Humanos reportó que hechos similares ocurrieron en la zona de Jabal al-Ward, al norte de Damasco, donde grupos de jóvenes circularon en motocicletas con comportamientos provocadores, generando tensión entre los residentes. En ese contexto, un ciudadano fue apuñalado y trasladado a un hospital.
Asimismo, se informó de la muerte de tres jóvenes, dos de la localidad de Tayr Jamla, al oeste de la provincia de Hama, y uno de la aldea de Saboura, tras ser atacados por grupos armados por razones sectarias.
En paralelo, la agresión contra un joven alauita identificado como Hamza Tamam Hassan desató una ola de indignación en redes sociales, luego de difundirse un video en el que aparece siendo golpeado y humillado por motivos sectarios.
Según fuentes locales, el ataque ocurrió cuando regresaba de su trabajo y fue interceptado por desconocidos que lo interrogaron sobre su afiliación religiosa antes de agredirlo.
Ante el aumento de la tensión, el jeque Ghazal Ghazal, el jefe del Consejo Islámico Alauita en Siria exhortó a los miembros de la comunidad alauita a actuar con moderación, permanecer en sus hogares y evitar verse arrastrados a un conflicto interno.
Varios organismos de derechos humanos advirtieron que estos hechos, en particular los motivados por razones sectarias, constituyen una amenaza directa a la paz civil y socavan los esfuerzos hacia la estabilidad social, por lo que instaron a las autoridades a actuar de inmediato para frenar la incitación al odio y garantizar la protección de la población civil.
Los disturbios se producen tras las protestas registradas el domingo pasado en el oeste del país, protagonizadas mayoritariamente por miembros de la comunidad alauita, que derivaron en enfrentamientos armados con un saldo de al menos tres muertos y unos 60 heridos.
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