Según el análisis de ONU Comercio y Desarrollo (Unctad), el mayor retroceso tuvo lugar en la región asiática con ocho puntos porcentuales frente al saldo 2022, mientras la reducción en el conjunto de África fue de tres por ciento y de uno en América Latina y el Caribe.

A escala global, las IDE registraron un declive de dos por ciento en 2023 al sumar 1,3 billones de dólares, pero si se excluye el impacto de algunas excepciones, hubo un descenso más acusado, superior a 10 por ciento por segundo año consecutivo, detalla el informe.

De acuerdo con la Unctad, a lo largo del año, el valor estimado de las operaciones internacionales de financiación de proyectos en países africanos descendió en 50 por ciento, hasta los 64 mil millones de dólares, luego de una caída de 20 por ciento en 2022.

Sin embargo, acotó, África atrajo una parte creciente de los megaproyectos ecológicos mundiales, seis de ellos valorados en más de cinco mil millones de dólares cada uno.

En ese continente anunciaron negocios por más de 10 mil millones de dólares en proyectos para la producción de electricidad a partir de instalaciones eólicas y solares en Egipto, Sudáfrica y Zimbabwe, ilustró la fuente.

Las cadenas de valor de los vehículos eléctricos también captaron inversiones extranjeras y entre los acuerdos anunciados figura uno para establecer en Marruecos una planta de fabricación de baterías por valor de seis mil 400 millones de dólares, abundó.

Por los cálculos de la Unctad, los principales inversionistas en África fueron los Países Bajos, Francia, Estados Unidos, Reino Unido y China.

No obstante, las IED bajaron en 12 por ciento en el norte de África, uno por ciento en la región occidental; 17, en la zona central, y tres, en el área central del continente, ejemplificó la agencia de Naciones Unidas, que también corroboró importantes diferencias entre países.

En términos generales, los flujos hacia Asia en desarrollo retrocedieron en 2023, pero mantuvieron una cifra elevada, ascendente a 621 mil millones de dólares, con notables disparidades por subregiones, reflejó el diagnóstico.

La evaluación alertó igualmente sobre el retroceso mundial de la nueva financiación en sectores relevantes para los Objetivos de Desarrollo Sostenible, que cayó más de 10 por ciento en 2023.

La financiación insuficiente, recalcó la Unctad, obstaculiza los esfuerzos para cumplir la Agenda 2030, en medio de crecientes tensiones comerciales y geopolíticas en un contexto de ralentización de la economía global.

Aunque las perspectivas de la IED siguen siendo difíciles en 2024, el informe afirma que «parece posible un crecimiento modesto para todo el año».

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