En la jornada de arribo de los parlamentarios a la cámara baja, La Francia Insumisa (LFI) y los partidos Socialista (PS), Europa Ecología los Verdes (EELV) y Comunista (PCF) defendieron el derecho de la coalición que logró 184 escaños a gobernar, aunque quedó lejos de la mayoría absoluta (al menos 289 de los 577 curules de la Asamblea).
Deberemos recordarle a Macron que perdió, dijo a la prensa en el Palacio Borbón el primer secretario del PS, Olivier Faure, quien advirtió sobre la importancia de no dejar un vacío.
Por su parte, la diputada insumisa Mathilde Panot acusó al jefe de Estado de no respetar la democracia y la voluntad de las urnas.
Alerto que estamos en una situación de crisis política, que él mismo creo, ahora debe nombrar a un primer ministro del Nuevo Frente Popular, insistió dos días después del balotaje de los comicios legislativos, que dejó a la izquierda mejor ubicada en el hemiciclo, seguida del oficialismo (166 escaños) y del partido de extrema derecha Agrupación Nacional (143).
La víspera, Macron no aceptó la renuncia del primer ministro Gabriel Attal, y le pidió continuar de momento en el cargo, en aras de la estabilidad del país.
También EELV y el PCF reclamaron la oportunidad de la izquierda para implementar su programa de gobierno, presentado como la respuesta a la urgencia social imperante, a partir de medidas para recuperar el poder adquisitivo y los servicios públicos.
Sin embargo, el secretario general del partido de gobierno Renacimiento, Stéphane Séjourné, señaló en el diario Le Monde que el Nuevo Frente Popular quedó a 100 curules de la mayoría absoluta.
Hay que ser realistas, expuso el canciller, alegando el escenario de un gobierno fruto de varios proyectos, que excluya a LFI y Agrupación nacional, fuerzas a las que el oficialismo clasifica como “los extremos”.
En ese mismo sentido, la ministra delegada de la Agricultura y diputada oficialista, Agnès Pannier-Runacher, abogó por una coalición entre “la derecha razonable y la izquierda responsable”.
Las sesiones en la Asamblea Nacional no comenzarán hasta el 18 de julio, por lo que se considera que hasta entonces existe un margen para negociar y buscar alianzas, en una cámara baja con la correlación de fuerzas repartida.
Una vez que Macron nombre al primer ministro y le encargue formar gobierno, la atención estará centrada en su capacidad de evitar las crisis, considerando que una moción de censura en el Palacio Borbón lo haría caer.
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