En un comunicado, el organismo criticó los ataques castrenses contra zonas densamente pobladas y la política de desplazamiento forzado de decenas de miles de ciudadanos.
La PRCS destacó que su personal de la sala de operaciones recibe decenas de llamadas de socorro desde la urbe, pero lamentó que sus equipos de ambulancia no pueden llegar debido a la intensidad de los bombardeos.
Ayer al menos 29 refugiados murieron y 53 resultaron heridos en una incursión israelí contra una escuela en la sureña ciudad de Khan Yunis.
Esta semana la institución condenó la negativa del vecino país a permitir la entrada a Gaza de trabajadores humanitarios para reemplazar a quienes laboran de forma ininterrumpida desde el comienzo de la agresión hace nueve meses.
Nuestro personal “está agotado después de nueve meses de trabajo ininterrumpido, pero a pesar de estar a solo dos horas de (la ciudad cisjordana de) Ramala, nuestros colegas no pueden entrar en Gaza”, criticó el organismo en mensaje en la red social X.
Solicitamos urgentemente una rotación del personal humanitario para permitir que los miembros de la PRCS en la Ribera Occidental sustituyan a sus colegas en el enclave costero, recalcó.
La institución afirmó que sus más de mil miembros en Gaza están exhaustos tras nueve meses de trabajo bajo horribles condiciones y recordó que muchos de ellos también fueron desplazados juntos a sus familias.
Según la PRCS, desde el estallido del actual ciclo de violencia, el 7 de octubre de 2023, más de 30 de sus trabajadores fueron asesinados en la Franja, casi una veintena de ellos mientras cumplían su deber humanitario.
Por su parte, el Organismo de Obras Públicas y Socorro de las Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Medio (Unrwa) reveló el pasado mes que en ocho meses perdió allí a 193 de sus empleados.
Gaza es el lugar más peligroso del mundo para los trabajadores humanitarios, destacó Unrwa.
La pasada semana, el Ministerio de Salud palestino denunció que en la Franja solo funcionan 15 de los 36 hospitales, aunque apenas de forma parcial debido a la grave escasez de personal y suministros médicos, incluidos anestesia y antibióticos.
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