De esa cifra de agrupaciones que entregaron las nóminas de sus integrantes, 29 tienen consolidada su inscripción en el registro de Organizaciones Políticas (ROP) y 14 tienen pendientes trámites complementarios y solo algunas anuncian que buscarán alianzas, lo que puede hacer menos congestionada la boleta de los comicios previstos para 2026.

El plazo acabó el viernes último y el Jurado Nacional de Elecciones confirmó que no habrá prórroga de ninguna manera, aunque igual habría un número excesivo de opciones opciones para elegir presidente, vicepresidentes, senadores y diputados.

La dispersión dio lugar a la fragmentación del parlamento que, en el cuarto de los cinco años de mandato, divide también a la mayoría de las bancadas, al propiciar decenas de migración de legisladores a otros partidos, más aún con la expiración del plazo para cambiarse de camiseta.

La crisis tiene entre sus otros factores la insatisfacción social por las llamadas brechas que el modelo económico neoliberal no ha podido solventar en más de tres décadas de vigencia, la inseguridad ciudadana y el rechazo de los factores de poder a cambios profundos económicos y sociales mediante una asamblea constituyente.

Entre quienes han organizado nuevos partidos o tomado siglas prestadas para la ocasión abriéndose la posibilidad de postular, figuran expresidentes, un actor cómico, un comentarista de televisión y dos empresarios.

Los traslados de un partido a otro son incontables y el más curioso es el del ministro del Interior, Juan José Santiváñez, quien figura en la lista de militantes del grupo Progresemos, que encabeza el octogenario y neoliberal economista Hernando de Soto.

La incongruente situación dio lugar a la inmediata renuncia de Santiváñez a Progresemos, después de que el activista Luis Herrera declarara que Soto no estaba enterado de la militancia del ministro y que no era ético que siendo ministro sea miembro de un partido que plantea el cese del gobierno mediante un adelanto electoral.

De Soto y su prédica del supuesto capitalismo popular fracasaron en 2021 como candidato presidencial del partido Avanza País, del que se desligó tras su derrota y ha sumado otros reveses políticos y electorales.

Avanza País integró a sus filas al cómico Carlos Álvarez, quien tiene pretensiones presidenciales con posiciones ultraderechistas, y a otros personajes derechistas como el ministro de Educación del actual Gobierno, Óscar Becerra, y exmilitares.

Con la perspectiva de postular a algún cargo se inscribieron en partidos diversos el indultado expresidente octogenario Alberto Fujimori; dos exmandatarios presos por diversos cargos, Pedro Castillo y Alejandro Toledo, y uno juzgado por corrupción, Martín Vizcarra.

Fujimori aparece en la nómina del partido Fureza Popular, de su hija, Keiko Fujimori; Castillo en la nueva agrupación Todos con el Pueblo; el neoliberal Toledo en Democracia Verde y Vizcarra en Perú Primero.

Mientras, en la derecha el factor de unidad es impedir la elección del nacionalista radical Antauro Humala, pues los sondeos preliminares sobre tendencias electorales lo ubican con posibilidades de pasar a la previsible segunda segunda vuelta electoral frente al partido fujimorista Fuerza Popular (FP).

La líder de FP, Keiko Fujimori, que ha perdido tres segundas vueltas alienta cada vez con más énfasis en la posibilidad de que su octogenario padre, Alberto Fujimori, excarcelado en diciembre de 2023 por un controvertido indulto, sea el candidato que supere el veto que hasta ahora ha impedido volver a gobernar al fujimorismo.

En la izquierda no hay sorpresas y están habilitados para la competencia electoral proyectada para 2026, el Movimiento Nuevo Perú, Partido de Trabajadores y Emprendedores, Ahora Nación, Unidad Popular, Voces del Pueblo y Juntos por el Perú.

En ese sector político, los intentos de integración en un frente todavía son incipientes y apuntan a detener los avances de un bloque de derecha extrema aliado con fuerzas centro-derechistas con las que controla el Parlamento.

Ese bloque ha aprobado reformas constitucionales, leyes y otras normas cuyos críticos señalan como orientadas a controlar todos los poderes del Estado, sin que el Gobierno de la presidenta Dina Boluarte haya podido o querido impedirlas.

En el campo neoliberal y de la ultraderecha se han lanzado por la presidencia los empresarios Carlos Añaños y Fernando Cillóniz, que buscan agrupaciones que sustenten sus candidaturas presidenciales.

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