En el artículo del catedrático Jaime Flores se subraya que un grupo importante de hombres y mujeres, apoyados por el pueblo, pusieron fin hace 45 años a la sangrienta y atroz dictadura de Anastasio Somoza, bajo el estandarte del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN).

Sobre la epopeya, el historiador refiere además que muchos fueron los patriotas que en los aciagos años de intervencionismo de Estados Unidos levantaron su voz de protesta y las armas, el más destacado de todos y símbolo de la lucha antiimperialista, el general Augusto César Sandino.

El estudioso recuerda además que Panamá comparte con Nicaragua una historia común de amistad y solidaridad que se ha fortalecido con el paso del tiempo.

Durante la dictadura de Somoza, señala, la Brigada Victoriano Lorenzo, integrada por valientes panameños viajaron a esa nación centroamericana a empuñar las armas contra el dictador.

También explica que fue loable el respaldo internacional que tuvo el FSLN y el pueblo nicaragüense del general Omar Torrijos (1929-1981) quien siempre se identificó con su lucha por derrocar al sátrapa.

De otra parte, menciona que, en la actual coyuntura, la dirección de la Revolución nicaragüense, encabezada por Daniel Ortega y Rosario Murillo, enfrenta nuevos desafíos producto de una escalada de agresiones por parte de Estados Unidos.

En medio de ese acoso, agrega, son significativos los logros del pueblo de la nación centroamericana en materia de salud, educación, vivienda, género, trabajo, cultura y deporte, lo que ha posibilitado una mejor condición de vida.

Flores comenta que a pesar de las agresiones de Washington en el continente hacia Nicaragua y otros países de la región, como Cuba y Venezuela, la lucha continúa por parte de trabajadores, campesinos, indígenas y estudiantes que no cesarán en oponerse al intervencionismo y en pronunciarse a favor de la justicia social, con equidad e igualdad.

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