La urbe vuelve a convertirse en una de las subsedes de un evento que está dedicado al XXX aniversario del Programa “Rutas de las personas esclavizadas”, precisamente auspiciada por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación la Ciencia y la Cultura.
En la jornada inicial, considerada Pre Festival, la compañía del Ballet Folklórico de Camagüey precisamente rendirá homenaje a las tradiciones populares con el espectáculo De La Rumba al Son.
La rumba, uno de los géneros musicales acentuados desde hace más de un siglo en la nación, volverá a estar en el centro del Festival no solo con conciertos, sino además en el plank teórico, cuando estudiosos de esta manifestación dialoguen en el propio programa teórico del Timbalaye.
El Festival además será espacio para la entrega del «Reconocimiento Timbalaye» a grupos portadores de tradiciones afrocaribeñas como Bonito Patúa, defensor del legado haitiano en Cuba.
La participación de miembros de la Asociación Cultural Yoruba en su filial de Camagüey, así como de amantes de las tradiciones músico-danzarias en Cuba podrán disfrutar de un cronograma que incluye el acceso a literatura sobre la temática de la cultura africana, además de conciertos y paneles teóricos.
“Timbalaye tiene esa capacidad de unir y aunar talento”, dijo el director del Ballet Folklórico, Reinaldo Echemendía, para referirse a un evento que procura enfocar las esencias de la cultura nacional.
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