La cartera militar precisó, en su canal oficial de Telegram, que fueron interceptados un total de 158 drones, entre ellos 46 en la provincia de Kursk; 34, en la de Briansk; 28, en Vorónezh; 14, en Bélgorod; nueve, en la de Moscú; ocho, en la de Riazán; cinco, en la de Kaluga; y cuatro, en la de Lípetsk.
Igualmente fueron derribados vehículos aéreos no tripulados ucranianos en las regiones de Tula, Tambov, Smolensk, Oriol, Tver e Ivánovo. El Ministerio de Defensa no especificó los blancos de estos ataques que calificó de «terroristas».
Más temprano, las autoridades locales mencionaron entre esos objetivos la refinería de petróleo MNPZ en el sureste de Moscú y la central hidroeléctrica de Kashira, a unos cien kilómetros al sur de la capital rusa.
Durante los últimos meses, se han intensificado los ataques ucranianos con drones contra refinerías de petróleo y depósitos de combustible en Rusia, en primer término, en las provincias fronterizas, pero también en zonas más remotas como Nizhni Nóvgorod, Baskortostán o Tartarstán. En respuesta, Rusia reanudó a finales de marzo pasado masivos ataques que apuntan, en particular, contra instalaciones del sector energético de Ucrania.
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