El mandatario angoleño defendió esta postura al hablar la víspera en la Cumbre del Futuro, en la cual subrayó que no es posible construir un mundo equilibrado, seguro y sostenible en el que la dignidad y el acceso a las oportunidades sean beneficio exclusivo de un pequeño grupo de privilegiados.
Lourenço también remarcó que el mundo necesita evolucionar hacia una arquitectura de paz en la que se defienda y proteja el principio de seguridad compartida, y donde ningún ciudadano, Estado, región o zona geográfica se sienta protegido a costa de la inseguridad de los demás.
Este lunes el jefe de Estado sostuvo un encuentro de cortesía en la sede de las Naciones Unidas con el secretario general de la organización, António Guterres, y firmó en el libro de honor del ente internacional.
También encabezó la reunión de la Organización de Estados de África, el Caribe y el Pacífico (OACP), que debatió en Nueva York, Estados Unidos, la situación en Haití, y adoptó una Declaración en la que expresa una amplia solidaridad con el pueblo haitiano.
Lourenço, presidente en ejercicio del organismo, aludió a la necesidad de brindar apoyo tangible a la población haitiana en medio de la grave inestabilidad política y el deterioro de la seguridad persistentes, y exhortó a la comunidad internacional a permanecer a su lado en estos momentos.
“La gravedad de la crisis en Haití exige una acción inmediata y coordinada, no sólo con palabras, sino con hechos”, remarcó el presidente angoleño.
El titular de la OACP estuvo acompañado en el encuentro por el secretario general de la organización, Georges Chikoty, junto a quien condujo los debates sobre los desafíos financieros del ente.
Al respecto insistieron en resolver las dificultades actuales, pues sin financiamiento se corre el riesgo de socavar la capacidad de servir eficazmente a los intereses de los pueblos y de los 79 Estados miembros.
mem/kmg





