Un total de 18 operaciones anunció la Resistencia contra cuarteles, bases y almacenes israelíes hasta alcanzar una profundidad de 60 kilómetros de la frontera libanesa.
Los drones de Hizbulah apuntaron a las posiciones de oficiales y soldados en el cuartel general de la unidad especial de tareas navales Shayetet 13 en la base Atlit, al sur de Haifa.
Según reportes de prensa, la instalación se encuentra a orillas del mar Mediterráneo, a 12 kilómetros al sur de la ciudad de Haifa, y es el punto más profundo atacado por Hizbulah desde el inicio de la guerra.
Por primera vez, los combatientes libaneses emplearon los cohetes Fadi-3 para atacar la base de Shimshon, centro de preparación de líderes y una unidad de equipamiento regional, a 35 kilómetros de la frontera libanesa.
En dos bombardeos separados, la Resistencia lanzó andanadas de 50 y 40 cohetes hacia la base de Dado, el cuartel general del mando de la región norte del Ejército israelí.
Hizbulah incluyó en su blanco de objetivos en esta jornada los asentamientos de Gesher HaZiv, Qatsrin, HaGoshrim, Kiryat Shmona y Rosh Pina.
Los cohetes del movimiento libanés impactaron los principales almacenes del Comando Norte en la base de Nimra y de la Brigada 146 en la sede de Naftali, así como el campamento militar Eliakim, del Comando Norte al sur de Haifa.
En la fecha, la Resistencia atacó en tres ocasiones el aeropuerto militar de Megiddo, al oeste de Afula; además de apuntar a la fábrica de materiales explosivos en la zona de Zikhron, situada a 60 kilómetros de la frontera libanesa.
Con cohetes Fadi-1, los combatientes golpearon la base de Amos, principal centro logístico y de transporte de la región norte, y la base y el aeropuerto de Ramat David.
Medios de comunicación israelíes reconocieron el sonido de sirenas en amplias zonas al sur de Haifa y en las proximidades de la región de Tiberíades, así como en Safed, Acre y Al-Karyut.
El Canal 12 hebreo indicó que desde esta mañana 300 cohetes fueron lanzados desde Líbano hacia el norte de Israel, y apuntó que la Resistencia posee enormes capacidades acumuladas desde 2006, sin ser activadas.
De acuerdo con el especialista en asuntos regionales Khalil Nasrallah, los ataques con misiles de Hizbulah contra asentamientos, sitios, cuarteles y bases militares tomaron una tendencia ascendente a medida que se expande el círculo de fuego.
En valoración del analista político libanés, no es posible predecir hasta qué punto llegará, pero inevitablemente alcanzará un nivel de presión sobre el Gobierno de Benjamín Netanyahu.
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