Al inaugurar la cita, el monarca reconoció la existencia de “aspectos dolorosos” y, aunque nadie puede cambiar el pasado, instó a aprender de sus lecciones y a encontrar formas creativas de corregir las desigualdades que perduran.
Sin mencionar los aspectos en concreto, los presentes saben que se refería a la esclavitud y otros abusos de la época colonial, en un evento en el cual los miembros de la Commonwealth aspiran a solicitar reparaciones por muchos de esos daños.
La Cumbre tendrá lugar en esta capital hasta el 26 de octubre y Carlos III exhortó a los 56 miembros de la Commonwealth a encontrar los medios y el lenguaje adecuado para abordar las desigualdades; además, llamó a priorizar el respeto, en lugar del lenguaje de la división.
Previo al viaje a Samoa, el soberano realizó una visita a Australia que estuvo marcada por una fuerte polémica en torno a las repercusiones de la colonización en los habitantes originarios del país y reclamos de devolución de tierras a los nativos.
La senadora aborigen Lidia Thorpe interrumpió públicamente al Rey británico durante una recepción en el Parlamento y lo acusó de ser cómplice del genocidio de los indígenas australianos.
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