Así lo alertó un reciente estudio publicado en la revista a The Lancet Child & Adolescent Health, el cual analizó datos de 123 indagaciones entre 2010 y 2023 de menores de 18 años expuestos a cualquiera de los subtipos de abuso sexual: solicitud en línea, explotación, extorsión, tomar y compartir imágenes o videos de forma no consensuada.
Ante los resultados, el autor principal de la investigación, Xiangming Fang, advirtió que internet se ha convertido en una escena del crimen, con niños explotados y abusados sexualmente en línea aproximadamente diez veces cada segundo.
“Es una emergencia de salud global vinculada a una peor salud mental y física, menores perspectivas de empleo y menor esperanza de vida”, aseguró.
Por su parte, la directora de la campaña Know2Protect del Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Kate Kennedy, señaló que solo en 2024, el Centro Nacional para Niños Desaparecidos y Explotados y las Investigaciones de Seguridad Nacional recibieron más de 36 millones de informes de sospecha de explotación sexual infantil, “sin mencionar el número incalculable de casos que nunca se reportan”.
La pesquisa de The Lancet Child & Adolescent Health define la explotación sexual en línea como actos sexuales intercambiados por dinero o recursos: comida, ropa, refugio, afecto, protección, pertenencia, regalos o cualquier otra cosa de valor percibido para el joven o niño.
“La solicitud en línea son consultas y conversaciones sexuales a largo plazo, que pueden llevar al intercambio de imágenes o videos sexuales y en muchas ocasiones provienen de compañeros, así como de perpetradores adultos”, refiere el estudio.
Explica, además, que la explotación y el abuso también pueden ocurrir cuando el rostro de un niño se impone en una imagen sexual de otra persona (el conocido “deepfake”) o cuando un niño está expuesto a contenido pornográfico.
Xiangming Fang puntualiza que la exposición no deseada a contenido sexual también ocurre con frecuencia mientras se navega o se desplaza por las redes sociales.
“Las imágenes generadas por Inteligencia Artificial (IA) y otros avances tecnológicos ha fomentado el aumento de la extorsión sexual, la explotación y el abuso. Estas no son imágenes inofensivas: son profundamente dañinas”, agregó Fang.
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