De acuerdo con reportes de prensa, militares de Israel avanzaron hacia la localidad de Aytaroun y en paralelo ejecutaron intensas redadas e incendiaron varias viviendas.

Las fuerzas israelíes llevaron a cabo nuevas explosiones en la zona de Rub El Thalathine y en el paso hacia Bani Hayyan prendieron fuego alrededor del edificio municipal, después de que efectivos quemaran varios cohce anoche en el poblado de Al-Qantara.

Medios israelíes informaron que el ejército de Tel Aviv no se retirará del sur de Líbano cuando finalice el período de alto al fuego de 60 días el domingo.

El Canal 14 hebreo afirmó que el gabinete de Seguridad israelí decidió mantener el despliegue del ejército, con los militares preparados para una respuesta de la Resistencia de Líbano (Hizbulah).

Según Ynet, un portavoz del gobierno indicó que es poco probable una retirada total israelí y enfatizó que cualquier presencia continua sería coordinada con la administración estadounidense del presidente Donald Trump.

Como parte del alto al fuego en vigencia desde el 27 de noviembre, las Fuerzas Armadas de Líbano completaron el despliegue en Kfar Shouba, en coordinación con el personal de Defensa Civil, y trabaja para recuperar los cuerpos de los combatientes de la Resistencia y limpiar las carreteras bloqueadas por escombros para facilitar el regreso de los residentes.

También, el ejército libanés desplegó unidades en Al-Jibeen y Shiheen, mientras el Regimiento de Ingeniería comenzó a limpiar las carreteras de municiones sin detonar.

A la luz de las intenciones israelíes de prolongar su presencia, Hizbulah llamó al estricto cumplimiento del acuerdo, sin concesiones, y tal como se describe en los términos del cese de hostilidades.

El movimiento político y militar reclamó a los dirigentes políticos de Líbano y a los países patrocinadores de la tregua actuar con decisión.

La Resistencia enfatizó en la importancia de garantizar la retirada completa israelí, el despliegue del ejército libanés en cada centímetro del territorio nacional, el rápido retorno de los residentes a sus aldeas y la prevención de cualquier pretexto o excusa para prolongar la ocupación.

En una declaración, Hizbulah reafirmó que cualquier incumplimiento del alto al fuego constituye una flagrante violación, un ataque a la soberanía libanesa y el comienzo de un nuevo capítulo de ocupación.

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