La reunión encabezada por el primer ministro, François Bayrou, incluirá entre otros a los titulares del Interior, Bruno Retailleau, y de Justicia, Gérald Darmanin, partidarios de la mano dura en la cuestión migratoria, y del canciller Jean-Noël Barrot, quien la víspera anunció medidas contra algunas autoridades de Argelia.

Según la oficina del Primer Ministro (Matignon), en la agenda estarán asuntos como el control de los flujos migratorios, el análisis de la situación en el territorio de ultramar de Mayotte y la crisis en curso con Argelia, país al que Francia acusa de no aceptar a los deportados.

Hace unos días Bayrou atizó la polémica al afirmar que en suelo galo impera una “sumersión migratoria”, lo cual provocó la presentación por el Partido Socialista de una moción de censura, que fracasó la semana pasada al negarse la extrema derecha a respaldarla en la Asamblea Nacional.

La situación con Argelia acapara las miradas, después de que el gobierno señalara que el responsable del ataque con cuchillo, que dejó este mes un muerto y varios heridos en Mulhouse, tiene una orden de abandonar el territorio francés, pero Argel ha descartado recibirlo en diversas ocasiones.

Ayer el canciller Barrot informó las restricciones de circulación y de acceso a suelo francés para “ciertos dignatarios argelinos”, sin ofrecer más detalles.

De acuerdo con el jefe de la diplomacia, las sanciones son reversibles, si el país norafricano cumple con el nivel de cooperación reclamado por París, de lo contrario, amenazó con imponer otras.

Los vínculos entre las dos naciones pasan por un momento tenso, marcado por el arresto en Argel del escritor Boualem Sansal, por atentar contra la seguridad del Estado, y en Francia de varios influencers argelinos a quienes atribuyen llamados a la violencia en territorio galo.

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