El director de Comunicaciones del Arzobisado, Juan José Dioses, declaró a Prensa Latina que, en cumplimiento de lo determinado por el Código de Derecho Canónico, Castillo renunció al cumplir hoy 75 años, dejando en manos de Francisco la decisión de aceptar su cese o dejar que siga ejerciendo el cargo.
Recordó que el arzobispo fue ordenado como Cardenal en diciembre último y el Pontífice tiene la potestad de aceptar su renuncia al Arzobispado o dejar que continúe en el mismo, como ha ocurrido en los últimos años en casos similares.
Añadió que no sería la primera vez que Francisco y sus antecesores han prorrogado el tiempo de vigencia de un arzobispo más allá de la edad de su jubilación y “este podría ser el caso, contemplando también que monseñor Castillo fue ordenado Cardenal hace muy pocos meses”.
Por su parte, el diario La República, citó fuentes eclesiásticas no identificadas según las cuales el papa Francisco habría comunicado a Castillo que continuará durante cinco años más como arzobispo limeño, quien asumió esta responsabilidad en enero de 2019.
El periódico recuerda que Castillo inició su gestión como arzobispo en reemplazo del conservador cardenal Juan Luis Cipriani, cuya renuncia fue aceptada inmediatamente por el Papa.
“Su permanencia al frente de la Iglesia limeña representaría la continuidad de una visión eclesial basada en la apertura y el acompañamiento a los más necesitados” agregó el periódico y destacó su trayectoria y sus merecimientos académicos.
El arzobispo limeño tiene un discurso social crítico, de solidaridad con los pobres y contrario a las desigualdades y a la represión contra las protestas sociales.
También es un severo crítico de los sectores conservadores católicos, terreno este en el cual ha cuestionado la secta de derecha extrema Sodalicio, virtualmente disuelta por el papa Francisco, por abusos físicos y sexuales en agravio de sus integrantes jóvenes y por dedicarse a acumular riquezas inclusive con métodos vedados.
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