No necesitamos tutela externa y trabajamos por una Siria unida, dijo Al-Balaous en su comentario sobre las recientes declaraciones del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, en las que dio instrucciones a su ejército para intervenir y proteger a la comunidad drusa residente en la ciudad de Jaramana, cerca de Damasco, la capital.
Ratificamos nuestro compromiso con las posiciones nacionales y rechazamos cualquier proyecto divisionista. Siria es única y estamos dispuestos a hacer sacrificios para preservar su unidad e independencia, afirmó el jefe del movimiento.
Explicó que lo ocurrido en Jaramana no fue un enfrentamiento entre fuerzas de seguridad y milicianos, sino más bien una disputa personal que se desarrolló inesperadamente, y fue aprovechada por Israel para hacer declaraciones injerencistas y alegar querer proteger a los drusos.
Tras dos días de tensión y choques, la tranquilidad volvió a Jaramana, ubicada a dos kilómetros al este de Damasco, habitada principalmente por monoteístas drusos, además de cristianos y musulmanes de diferentes comunidades.
De acuerdo con las autoridades locales, los choques dejaron un efectivo de seguridad muerto y dos heridos, así como paralizaron las actividades públicas y privadas, y generaron un ambiente de tensión en esta urbe.
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