Durante la última de las sesiones, celebrada el pasado lunes, el primero de los dos testimoniantes fue de Héctor Romero, abogado defensor del exparamilitar Juan Guillermo Monsalve, quien es considerado el testigo estrella de la Fiscalía.
El compareciente narró su participación en la entrega de un reloj espía a Monsalve, quien cumple una condena de 40 años en la cárcel de la Picota de esta capital por los delitos de concierto para delinquir, secuestro extorsivo y porte ilegal de armas.
Romero aseguró que fue él quien facilitó el artefacto al reo, con el cual este último grabó conversaciones en las que presuntamente el abogado Diego Cadena le ofreció favores a cambio de retractarse de comentarios en los que vinculó a Uribe con organizaciones paramilitares.
Aseguró el testigo desconocer que el dispositivo era para grabar y manifestó que en ese momento no le pareció raro llevar un reloj a un detenido.
En el contrainterrogatorio, negó haber escuchado algún tipo de ofrecimiento realizado por Cadena hacia Monsalve.
Más tarde le tocó testificar a Enrique Pardo, quien cumplió una sentencia en la cárcel de La Picota y se presume que fue uno de los hombres que habrían presionado a Monsalve para que se retractara sobre los señalamientos en contra de Uribe.
El testigo, no obstante, se reservó el derecho de contestar la gran mayoría de las preguntas de la fiscal.
Durante esa misma jornada, la bancada de víctimas del caso difundió un comunicado donde denunció que acólitos del expresidente despliegan una campaña de difamación en perjuicio de ellos, de sus representantes, así como contra los testigos de cargo, la juez de conocimiento y la fiscal a cargo.
En el transcurso del juicio penal contra Uribe, el primero de su tipo contra un exmandatario en la historia del país, se prevé que testifiquen al menos un centenar de testigos.
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