En una entrevista televisiva, el titular dijo que no va a dimitir porque “para mí una renuncia significaría rendirme” y dijo que libra con la Policía una labor denodada contra la delincuencia.

Criticó nuevamente a la fiscal de la Nación, Delia Espinoza, cuya destitución e inhabilitación ha pedido con recursos judiciales, después que ella abrió o continuó investigaciones al ministro por diversas denuncias de posible abuso de autoridad y corrupción.

La acusó de “armar un circo” al allanar su casa el lunes último y pedir al Poder Judicial que le prohíba salir del país por seis meses, en una investigación iniciada porque un oficial de la Policía lo denunció, con una grabación como prueba, de comentar al uniformado que fue nombrado ministro con la misión de descabezar la unidad policial que apoya a la Fiscalía Anticorrución.

Santiváñez es también objeto de sospecha de espionaje por obtener, antes de su difusión, un reportaje de un programa periodístico que lo señaló como mediador de sobornos pagados por reos para ser liberados, lo cual niega y sostiene que no hay pruebas de ellos.

El respaldo presidencial y de la mayoría congresal al ministro se debe, según el exministro de Comercio exterior y parlamentario Roberto Sánchez, a que Samtiváñez sabe mucho de la mandataria y a intercambios de favores con los congresistas.

Otro legislador de oposición, Álex Flores, presentó una denuncia constitucional contra Santiváñez, a quien acusa de mentir y deshonrar a la Nación y violar la constitución por su comportamiento.

Entretanto, en el Congreso sigue pendiente la recogida de firmas para interpelación a Santiváñez, quien cuenta con el apoyo de la coalición mayoritaria, aunque un sector de esta suscribió la moción.

lam/mrs