Durante 12 días, el siniestro arrasó con unas dos mil 900 hectáreas, alrededor del nueve por ciento de la superficie total de la ciudad de Ofunato, prefectura de Iwate, noreste de Japón.
Más de dos mil bomberos de todo el archipiélago nipón fueron movilizados para apoyar a las fuerzas castrenses, en tierra y aire, en las labores de enfrentamiento al fenómeno.
Autoridades japonesas declararon la víspera bajo control al incendio forestal, con un saldo de 210 edificios dañados, más de cuatro mil 200 pobladores evacuados y un fallecido.
De inmediato, autoridades de la urbe Ofunato levantaron las órdenes de evacuación para cuatro áreas del distrito de Akasakicho.
Sin embargo, por cuestiones de seguridad, esperaron hasta este lunes para retirar las órdenes de evacuación para todo el distrito de Sanrikucho Ryori y otras tres áreas del distrito de Akasakicho, donde residen dos mil 424 personas en cerca de mil hogares.
Producto del incendio, varias edificaciones quedaron reducidas a cenizas; aunque la verdadera magnitud del desastre comenzará a evaluarse ahora que comienza a explorarse el área dañada con detenimiento.
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