El grupo de beneficiados por esa decisión de la Dirección General de Migración y Extranjería recibieron el carné que los identifica bajo ese estatus, dentro del total de ciudadanos de Asia, África y Europa concentrados en un centro local de reclusión, añadió el periódico El Mundo.
La nueva condición dispuesta por las autoridades locales, que siguió a fuertes críticas de organismos de derechos humanos como la Defensoría de los Habitantes y algunos diputados opositores, les permite a los emigrantes chinos trabajar de manera legal en esta nación centroamericana.
Los cuestionamientos de dichas entidades aludieron a problemas sicológicos de los deportados por Washington, inseguridad en su estatus, falta de documentos y temor de un regreso obligatorio a naciones en situaciones políticas o de guerra que ponen en peligro la vida de algunos de ellos.
También incluyeron falta de condiciones idóneas de vida en el llamado Centro de Atención Temporal para Migrantes (Catem) del sur del país, donde fueron alojados y aún viven muchos de los 200 deportados en febrero.
La Dirección General de Migración y Extranjería brinda ahora acompañamiento a los solicitantes para facilitar su integración a la sociedad tica, “de manera armoniosa, con un enfoque en el respeto de los derechos humanos de los migrantes”, aseguraron las fuentes.
Omer Badilla, viceministro de Gobernación y Policía y director general de Migración, destacó que la condición de solicitantes de refugio les otorga a los ciudadanos chinos “plena libertad para disfrutar de sus derechos dentro del país”, agregó El Mundo.
Según Migración y Extranjería, este es el primer grupo que solicita permanecer en Costa Rica, mientras, del total de 200 deportados desde Estados Unidos, ya 84 regresaron a sus países de origen, seis salieron voluntariamente del Catem, y 94 continúan en el albergue.
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