Durante su intervención virtual en la IX Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) que sesionó en miércoles en Tegucigalpa, el jefe de Estado afirmó que todos “nuestros migrantes están siendo perseguidos como delincuentes”.

Significó que de manera especial denunciaron desde Venezuela “la aplicación de una ley contraria al Derecho Público y los Derechos Humanos a nivel internacional como es la Ley de Enemigos Extranjeros de 1798”.

“Es una ley anacrónica, sin pies, sin cabezas que califica y criminaliza de manera directa a cualquier migrante para capturarlo, luego expulsarlo y meterlo en las peores condiciones en un campo de concentración que funciona como cárcel en El Salvador”, manifestó.

Denunció que hoy nuestros pueblos enfrentan dos agresiones, una de carácter económico, al derecho, al desarrollo y a la prosperidad de nuestros países, y otra de carácter humano, contra los migrantes.

Al respecto, se preguntó cuánto puede hacer la Celac “si levantamos una voz común, si nos conformamos en un bloque poderoso de opinión, con propuestas y acciones comunes”.

Expresó que han tratado de dividirnos para que “uno opine contra el otro, otro no opine nada, para que nos callemos y cada quien vaya por su lado a negociar y conversar en silencio de manera individual”.

“Es tiempo de levantar y construir una sola voz”, afirmó y añadió que hay tiempo para ello.

A juicio del mandatario, la independencia del siglo XXI está por construirse y aseguró que “la única opción es avanzar unidos por una emancipación verdadera”.

Citó al libertador uruguayo José Gervasio Artigas cuando dijo el 5 de febrero de 1816 que “nada tenemos que esperar sino de nosotros mismos”.

Al respecto, subrayó, desde Venezuela repetimos: “nada debemos esperar sino de nosotros mismos, latinoamericano, latinoamericana, y caribeños”, recalcó.

El Presidente bolivariano consideró posible la unión en la diversidad y convocó a unirse para poder despuntar en este siglo con autodeterminación, soberanía, libertad verdadera y una base económica, social y moral poderosa, que “sea el preludio de una nueva época”.

El dignatario explicó en su intervención que por razones conversadas con el Gobierno de Honduras que “implicaban amenazas a mi seguridad asumí la decisión de posponer mi visita a Tegucigalpa”.

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