Entre bromas y momentos solemnes, la membresía de la figura insigne de las letras española postergada desde 1927, se concretó este martes en la sede de la RAE, a un costado del Museo del Prado de Madrid.
La ceremonia fue una suerte de homenaje al poeta y escritor coincidiendo con el 150 aniversario del nacimiento de dos hermanos, nacidos en 1874 y 1875 respectivamente. Manuel Machado sí llegó a ingresar en la RAE en 1938 y leyó su discurso intitulado ‘Unos versos, un alma y una época’.
No podía faltar la actuación de Joan Manuel Serrat, “que me hago un hueco en mi agenda de jubilado”, para hechos de tanta trascendencia como este y, por supuesto, deleitar a sus admiradores con la musicalización de versos de Antonio Machado.
Como el Todo pasa, todo queda (…), se sabía, iba a hacer vibrar el auditorio de la RAE, la voz grave del reconocido actor José Sacristán se encargó de leer el discurso inacabado de Machado (de 1931), quien por razones políticas de la época y otros asuntos no esclarecidos, no pudo asumir su sillón en la RAE.
La contestación, que lleva nada menos que un texto de José Martínez Ruiz (Azorín), recayó en el académico y dramaturgo Juan Mayorga.
En la sentida ceremonia también usó de la palabra Alfonso Guerra, comisario de la exposición ‘Los Machado. Retrato de familia’, dedicada a Manuel y Antonio Machado, una muestra que ya pasó por Sevilla y Burgos, y que ahora se instala en Madrid.
Su célebre Cantares, himno en defensa del escritor y una canción de mucho simbolismo interpretada por Serrat, fue uno de los momentos exquisitos de la velada, para rendir tributo “a uno de los grandes poetas más profundos y más conocidos de España”, dijo el presidente de la RAE, Santiago Muñoz.
La propia RAE detalló en su sitio web que Machado no tomó posesión del sillón V, que había dejado vacante Miguel Echegaray, «debido a las circunstancias políticas de aquellos años, aunque pudo haber otros condicionantes.
El texto de Machado estuvo acompañado por sus comentarios en una carta a Unamuno, en la cual reconoció que «es un honor al cual no aspiré nunca (…).
mem/ft





