En un mensaje difundido en su cuenta de la red social X, Soliz aclaró que la bruma visible en diferentes zonas no es atribuible a esos siniestros, sino a vientos provenientes del norte y del Caribe que están arrastrando contaminación desde otras regiones.
“De hecho, Honduras no presenta incendios grandes ni concentraciones altas de contaminantes por fuego, según los análisis satelitales más recientes”, esclareció el también Comisionado Presidencial de Cambio Climático y Calentamiento Global.
Al combinarse con aire más frío y condiciones de mala circulación atmosférica, las partículas quedan suspendidas en el ambiente y provocan esa bruma, explicó el experto sobre el arrastre de contaminantes provenientes de otros lugares.
Soliz advirtió sobre el incremento de partículas finas (PM2.5), que pueden afectar la salud, sobre todo en áreas urbanas con alta densidad de población, pero pidió no confundir este fenómeno con humo de incendios forestales.
El titular del ICF reiteró la importancia de informarse con fuentes oficiales y científicas, y recordó que el monitoreo satelital continúa activo para detectar cualquier eventualidad relacionada con igniciones o contaminación ambiental.
Tegucigalpa amaneció la víspera envuelta en una espesa capa de humo, la cual fue atribuida por numerosos medios de comunicación a incendios forestales registrados en los cerros y montañas que rodean a la capital de esta nación centroamericana.
Según datos del ICF, Honduras sufrió en los primeros cuatro meses de 2025 un total de 568 igniciones, con 20 mil 978 hectáreas de zonas boscosas, zacateras y matorrales calcinados a nivel nacional.
Aunque preocupantes, las cifras son comparativamente inferiores a las del mismo periodo de 2024, cuando las autoridades notificaron dos mil 572 fuegos y 204 mil 83 hectáreas consumidas.
Entre las principales causas de los siniestros figuran las altas temperaturas, la quema agrícola sin control y la acción deliberada de personas.
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