“La censura está sobre la mesa”, advirtió el dirigente en declaraciones a la cadena BFM TV, en las que reiteró el reclamo de evaluar la reforma impuesta por el presidente Emmanuel Macron en 2023, pese al rechazo popular, en particular a la extensión de la edad de retiro de 62 a 64 años.

Faure recordó el desacuerdo dentro de la oposición política y la mayoría de la sociedad con esa iniciativa e insistió en que el gobierno no puede ignorarlo, o debería enfrentar las consecuencias.

Según el líder socialista, Bayrou aceptó negociar sobre la reforma, una de sus concesiones a cambio de no ser censurado como su predecesor en el cargo, Michel Barnier, derrocado en diciembre pasado por una moción acompañada en la Asamblea Nacional por la izquierda y la extrema derecha.

Sin embargo, después de llamar a un foro con los sindicatos, las patronales y otros actores para discutir sin tabúes sobre la jubilación, el jefe de Matignon descartó en público revertir los 64 años como edad de retiro.

No podemos aceptar esta postura, porque el parámetro de la edad fue parte de las negociaciones, subrayó.

A partir del acuerdo del PS y Barnier, quien también eliminó del presupuesto la reducción de puestos de maestros recogida en el proyecto de Barnier, los socialistas optaron por no apoyar los seis intentos de censurar al primer ministro, realizados este año por La Francia Insumisa.

Para que la censura funcione, tal y como sucedió con Barnier, se necesita el respaldo a la moción de los cuatro partidos de izquierda integrantes del debilitado Nuevo Frente Popular (los socialistas, los insumisos, los ecologistas y los comunistas) y de la organización de extrema derecha que lidera Marine Le Pen, Agrupación Nacional.

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