Los señalamientos cuestionan la idoneidad de Adrianzén, en contraste con los múltiples elogios del primer ministro Eduardo Arana y el canciller Elmer Schialer, a lo que consideran múltiples virtudes que ameritan la nominación
El designado embajador en la organización mundial tuvo que renunciar al premierato hace 15 días, porque era inminente su censura (destitución) parlamentaria, suscrita por casi todas las bancadas, que le imputaba haber fracasado como presidente del Consejo de Ministros, nombre oficial del cargo.
El detonante del veto congresal, que la presidenta intentó impedir hasta el final fue la aparente indiferencia de Adrianzén ante la denuncia de la desaparición de tres guardias de seguridad privada asesinados por sicarios en la norteña provincia de Pataz.
Pese a ello y a advertencias de que la designación puede ser un desplante al Congreso, el Consejo de Ministros aprobó por unanimidad la decisión de hacerlo embajador político, algo que usualmente corresponde a una iniciativa presidencial.
En la rueda de prensa semanal del Consejo de Ministros. Schialer sostuvo ayer que Adrianzén “tiene todas las credenciales y capacidades académicas, experiencia política y diplomática”.
Se refirió así tácitamente a que fue representante ante la Organización de Estados Americanos (OEA), donde, en una sesión sobre las muertes durante protestas sociales, familiares de las víctimas protestaron por un discurso de Adrianzén sobre aquellos lucuosos hechos, él reaccionó airadamente y los acusó de haber matado a los caídos.
Uno de los primeros críticos de la designación fue el excanciller derechista Javier González-Olaechea, quien el ex primer ministro parece un premio político tras su renuncia del gobierno.
Añadió que el próximo representante en la ONU no habla inglés ni francés, no tiene posee formación ni experiencia necesarias para el cargo, por lo que se trata de “una designación desafortunada” “La señora Boluarte ha decidido premiar a este hombre tan ineficiente”, apuntó la periodista conservadora Milagros Leyva, mientras el parlamentario centrista Virgilio Acuña dijo que Boluarte lo premia por su papel de “bravucón” que la defendía hasta su caída. El comentarista de televisión Jesús Verde anotó que Boluarte “tiene el hábito de premiar a funcionarios ineficientes” con nombramientos en altas posiciones.
Los exministros del Interior, José Luis Santiváñez, y de Inclusión Social, Julio Demartini, que cesaron en circunstancias similares fueron “reciclados” (término usado por la prensa), respectivamente, con nombramientos de supervisor de ministerios con despacho en el Palacio de Gobierno y asesor del Ministerio de Comercio Exterior.
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