Para una persona que pesa 180 libras, por ejemplo, ese porcentaje representa una disminución de 12 libras.
Aunque corregir el sobrepeso a esa edad sin tratamiento quirúrgico o farmacológico es un desafío, nuestros resultados sugieren que es factible y puede estar asociado con un menor riesgo de enfermedades cardiovasculares, otras afecciones crónicas y mortalidad, resalta el estudio dirigido por Timo Strandberg, profesor de medicina geriátrica de la Universidad de Helsinki, en Finlandia.
Tras analizar datos de casi 23 mil adultos en tres períodos de tiempo, que se remontan a la década de 1960, los expertos encontraron que las personas que perdieron peso eran menos propensas a sufrir ataques cardiacos, accidentes cerebrovasculares, cáncer, asma y enfermedades pulmonares.
También tenían menos probabilidades de morir por cualquier causa en los próximos 35 años, detalló el estudio.
Señaló que esta pérdida de peso ocurrió antes de que los medicamentos y cirugías populares para bajar de peso estuvieran disponibles, lo cual significa que la mayoría de las mejoras en la salud probablemente provinieron de cambios en la dieta y el ejercicio.
Otras investigaciones han demostrado que la grasa abdominal y la grasa alrededor de los órganos pueden importar más que el peso total.
Los expertos recomiendan apuntar a 150 minutos de ejercicio moderado (como caminar o andar en bicicleta) cada semana, más dos días de actividades de fortalecimiento muscular.
A esto suman la ingestión de una dieta de estilo mediterráneo rica en frutas, verduras, nueces y aceite de oliva.
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