Solo pedimos protección de este infierno, de esta tiranía, insistió Fathi Abu Shab, un desplazado de la ciudad de Al-Qarara, ubicada en la sureña gobernación de Khan Yunis.
En declaraciones a la agencia oficial de noticias palestina, Abu Shab relató como huyó de su casa “sin nada, sin ropa, sin muebles, ni siquiera mantas” junto a su esposa y cuatro hijos.
Salimos con nada más que nuestras vidas, dormimos a la intemperie, sobre la arena, a cielo abierto, fue una noche dura, con frío, hambre y miedo, recordó.
Ni siquiera teníamos una tienda de campaña, hasta que personas caritativas donaron unas lonas para que cubriera a mi familia, narró.
Por su parte, Fahmi Attiya al-Jazzar, un empleado jubilado del Ministerio de Salud de 64 años, contó que también huyó a Khan Yunis hacia la gobernación de Rafah.
Inicialmente escapé a la zona de Hamad, pero cuando el Ejército israelí emitió una nueva orden de evacuación, me vi obligado a trasladarme con mis hijos y nietos al área de al-Mawasi.
Ahora somos 31 personas viviendo en una tienda de campaña, explicó Attiya al-Jazzar.
“Me desplazaron más de 15 veces, de un lugar a otro, y ya no podía soportar huir”, explicó Iman al-Zeir, de 35 años y madre de cuatro hijos.
“Toda mi familia, incluido mi padre, mi madre, mis hermanos, mi hermana y mi cuñada embarazada, fue asesinada en una brutal masacre que destruyó por completo nuestro hogar”, denunció.
Al-Zeir explicó que solo quedaron vivos ella y sus cuatro vástagos, dos niñas de 16 y 14 años, y dos varones de 15 y ocho.
Ahora vivimos en una tienda de campaña sobre los escombros de nuestra casa en nuestro pueblo de Abasan, porque ya no podía soportar volver a ser desplazada, subrayó.
Destacó que solo hay agua dos horas al día, ni comida, ni medicinas debido al bloqueo israelí.
“Esta guerra me arrebató a mi familia, mi consuelo, mi apoyo (…) Llamamos a los amigos de Palestina, a la gente justa del mundo y a todos aquellos con conciencia a intervenir y poner fin a este infierno”, expresó.
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