Ello reduce la tasa preferencial de los préstamos bancarios al 10,75 por ciento.
Según declaró la víspera la gobernadora del SARB, Lesetja Kganyago, al presentar la decisión del Comité, de cara al futuro se ha revisado a la baja las anteriores previsiones de inflación.
Esto refleja el punto de partida más bajo, así como un supuesto de un tipo de cambio más sólido y precios mundiales del petróleo más bajos, agregó. Estos factores compensaron la presión sobre los costos del combustible anunciado en el Presupuesto nacional. Además, “nuestra previsión anterior incluía subidas del IVA, que ya han sido canceladas”, añadió la funcionaria
En Sudáfrica la inflación volvió a situarse por debajo del 3.0 por ciento en abril de 2025.
“Ahora que la inflación se ha desacelerado, tenemos la oportunidad de asegurar una inflación menor a bajo coste. Este escenario ilustra esa oportunidad”, prosiguió Kganyago.
Si bien las perspectivas de inflación parecen favorables, el Comité de Política Monetaria consideró un escenario adverso, que ilustra los riesgos al alza.
Así, las proyecciones del Producto Interno Bruto (PIB) de Sudáfrica se recortaron y se espera que el crecimiento se sitúe en el 1,2 por ciento este año, aumentando al 1,8 por ciento para 2027.
El entorno global sigue siendo difícil, sostuvo Kganyago, lo que hace que la reforma interna sea crucial para lograr un crecimiento sólido. La principal contribución del SARB es lograr la estabilidad de precios, y en ese aspecto se ve cierto margen para consolidar una inflación menor y allanar el camino hacia tasas de interés sosteniblemente más bajas, agregó.
“Otras medidas que mejorarían las condiciones económicas incluyen alcanzar un nivel prudente de deuda pública, seguir renovando y fortaleciendo las industrias de red, reducir la inflación de precios administrada y mantener el crecimiento de los salarios reales en consonancia con las ganancias de productividad”, concluyó.
La tasa repo, recuerdan especialistas, es una tasa de interés utilizada por los bancos centrales para gestionar la liquidez y controlar la inflación.
Se refiere al tipo al que los bancos comerciales pueden tomar prestados fondos a corto plazo de un banco central, con el compromiso de recomprarlo a un precio ligeramente superior.
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