Se mantendrán dentro de los modelos desarrollados, subrayó el gerente económico de esa entidad, Johny Gramajo, quien reiteró que el principal efecto de la medida sería de carácter social, sobre todo para aquellas personas con esa fuente como único ingreso en el hogar.

Explicó en declaraciones al diario local Prensa Libre que en el país norteño originalmente se propuso un impuesto de cinco por ciento a las remesas, pero después lo redujeron a 3,5 por ciento.

El proceso legislativo exige su aprobación tanto en la Cámara de Representantes como en el Senado, amplió, mientras consideró que en el segundo el panorama es incierto, no tanto por el impuesto en sí, sino por las otras medidas fiscales incluidas en el paquete.

Preguntado por el primer impacto si se aprueba, argumentó que el análisis macroeconómico sugiere empezaría a partir del 1 de enero de 2026, cuando entraría en vigor la ley, y proyectan una reducción de 860 millones de dólares en las remesas familiares.

Aunque se mantiene el escenario base de un crecimiento de cinco por ciento en ese año para esta nación, la decisión estadounidense podría bajar dicha tasa, aunque seguiría siendo positiva, al ubicarse de 1,5 a tres por ciento, acotó.

En términos macroeconómicos, la repercusión sería leve: se pasaría de una proyección de incremento económico de 3,9 a una de 3,85 por ciento, es decir, un impacto de 0,05 en el producto interno bruto, aseveró el gerente.

Sobre si se está ante el inicio del fin del ciclo de remesas, respondió que es algo complejo, pues intervienen múltiples factores. Además del impuesto, según Gramajo, influye la evolución de la migración neta.

Hasta 2024, describió, esta ha sido positiva, es decir, más guatemaltecos ingresan a Estados Unidos de los que salen.

Si los controles fronterizos se mantienen y frenan hasta el 90 por ciento de los intentos de cruce, podríamos ver una migración neta negativa, lo que implicaría una reducción en el número de personas capaces de enviar dinero, señaló.

Actualmente, recordó, se estima que hay cerca de tres millones de guatemaltecos en Estados Unidos, de los cuales 2,1 millones envían remesas.

Los chapines, acorde con cálculos oficiales, mandan mensual un promedio de 879 dólares, y durante el pasado mayo la tierra del quetzal recibió 93,8 millones diarios por transferencias, contra 79,3 millones en igual periodo del año anterior.

En 2024 este país reportó un ingreso por este concepto de 21 mil 510 millones, récord que las proyecciones revisadas recientemente para cierre de diciembre venidero indican se rompería con 22 mil 801.

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