En declaraciones a la cadena France Inter, Le Pen insistió en que es la única candidata de la organización de cara a la cita en las urnas y mostró expectativa de que la justicia revoque su inhabilitación, decidida a finales de marzo tras su condena por un caso de desvío de fondos públicos, que incluyó la sentencia a cuatro años de prisión sin internamiento.
“Evidentemente, yo soy la candidata única de RN a las presidenciales, y espero que la Corte de Apelaciones rectifique el error mayor cometido por el tribunal”, esgrimió.
Según Le Pen, en caso de que las sanciones sean ratificadas, el representante en los comicios sería el actual presidente del partido, el eurodiputado Jordan Bardella, su delfín político.
Las cosas están claras, haremos campaña juntos hasta la decisión de la justicia, y si me impiden ser candidata, lo cual resultaría en un escándalo mundial, seguiremos acompañándolo, abundó. Las diversas encuestas presentan tanto a Le Pen como a Bardella en escenarios separados para las votaciones del 2027, para las que esos estudios de opinión ponen a cualquiera de los dos con una amplia ventaja en la primera ronda, con alrededor de un tercio de las intenciones de voto.
En la segunda vuelta la situación se complicaría para el partido, ante el casi seguro llamado del rival en el balotaje a un frente que impida la llegada al poder en Francia de la ultraderecha.
Así ocurrió en 2017 y 2022, presidenciales en las que Emmanuel Macron conquistó el Elíseo frente a Le Pen, considerada por una parte importante del electorado una amenaza con sus posturas antiinmigrantes y contra la Unión Europea.
La líder de RN ha moderado su discurso, pero sin evitar que sus posiciones sean tildadas por un sector de los franceses de racista y nacionalista.
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