El temblor alcanzó una profundidad de 102 kilómetros bajo el lecho marino, según datos del Centro Sismológico Euromediterráneo, cuyos radares identificaron el evento a unos 138 kilómetros de la ciudad filipina de General Santos.
Hasta el momento, no se identifican daños humanos, ni materiales significativos.
Filipinas se ubica sobre el llamado Anillo de Fuego del Pacífico, una de las regiones sísmicas y volcánicas más activas del planeta, propensa a sismos, además de ser un área proclive al surgimiento de tormentas y otros sistemas atmosféricos de mayor intensidad.
De hecho, el país sufrió el azote de seis ciclones en menos de un mes, durante el pasado noviembre, algo llamativo para numerosos científicos por el corto período de tiempo entre un fenómeno y otro.
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