El avistamiento del reptil en un Boeing 737, mientras era abordado por pasajeros, hizo correr el pánico entre los trabajadores de la aerolínea pues no sabían cuán peligroso era el animal.
La dirección del aeropuerto llamó al cazador de serpientes Mark Pelley, quien se demoró más en llegar al sitio que en capturar a la serpiente, pese a la escasa luz en la bodega del avión.
Cabe destacar que Australia es hogar de algunas de las serpientes más venenosas del mundo; sin embargo, tras capturarla, Pelley advirtió que este ejemplar era inofensivo.
Según el cazador, se trata de una serpiente verde de árbol de apenas 60 centímetros de largo y, tal vez, escapó de algún equipaje.
Gracias a la efectividad de Pelley, no fue necesario evacuar la aeronave, que pudo emprender el vuelo finalmente con destino a Brisbane.
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