Realizan en Liberia entierro simbólico de expresidente

Monrovia, 2 jul (Prensa Latina) Casi medio siglo después de su ejecución sumaria, junto a 13 miembros de su gabinete, el expresidente liberiano William Tolbert reibió hoy funerales simbólicos.

Tolbet fue el último de los presidentes liberianos descendiente de esclavos libertos por orden del presidente estadounidense James Monroe en el siglo XIX.

El programa estuvo basado en el asentamiento de esas personas en un territorio africano para retornar a sus raíces a los africanos forzados a la esclavitud en un estado artificial creado para ellos, cuya capital adoptó el apellido del mandatario estadunidense autor de la idea.

Pero como el camino al infierno está empedrado de buenas intenciones, los recién llegados no tardaron en convertirse en una élite que subyugó a la población autóctona de lo que hoy es Liberia.

Resultaba curioso ver como negros discriminaban a los aborígenes negros, situación que estalló décadas después, primero con protestas callejeras por el aumento de dos centavos al arroz, alimento básico, y en ocasiones único, en las mesas de la mayoría de la población.

En aquella época el edificio más alto de Monrovia era la sede de la empresa estadounidense Firestone, y la principal fuente de ingreso, el alquiler de la bandera nacional a empresas navieras para eludir impuestos en los países donde radicaban sus propietarios.

La única divisa nacional era un dólar de plata con la leyenda del país y, el resto, mugrosos billetes estadounidenses.

Los descendientes de los exesclavos mimetizaban el modo de vida de sus antiguos amos y vivían en una burbuja panglosiana de lujos que contrastaba con ka miseria generalizada.

La explosión popular fue apagada para dar paso a una cumbre de la Organización de la Unión Africana en 1978,.pero el fermento estaba vivo y en 1980 explotó con el golpe de Estado de un oscuro sargento, Samuel Doe, quien inauguró una etapa de asonadas castrenses, una guerra civil que se costó la vida a unas 250 mil personas y puso al mundo ante el fenómeno del reclutamiento de niños soldados, lacra que aún persiste.

El único resultado positivo de esa era tumultuosa fue la elección, tras la firma en 2003 de un acuerdo de reconciliación de la elección de la primera mujer africana, Ellen Johnson Sirleaf, en ocupar la presidencia de su país.

A falta de restos de Tolbert y sus allegados, la fosa común permanecerá abierta en espera de la aparición de los despojos de los ejecutados de forma sumaria, cuyos cadáveres están regados en tumbas anónimas bajo la tierra donde trataron de perpetuar una forma inédita de esclavitud humana.

mem/msl

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