Según la más reciente actualización epidemiológica realizada de conjunto con la Organización Mundial de la Salud, esa cifra representa un aumento de 29 veces en comparación con los 244 casos notificados en igual periodo de 2024.
Los casos se registraron en nueve países: Argentina (34), Belice (34), Bolivia (60), Brasil (cinco), Canadá (tres mil 170), Costa Rica (uno), Estados Unidos (mil 227), México (dos mil 597) y Perú (cuatro).
De acuerdo con datos disponibles, el grupo de edad con la mayor proporción de casos corresponde al de 10-19 años (24 por ciento), seguido por el de uno a cuatro años (22) y al de 20-29 años (19).
En relación con el antecedente de vacunación, 30 por ciento de los casos no estaban vacunados y en 65 puntos porcentuales dicha información era desconocida o ausente.
Los organismos sanitarios recomiendan a los países intensificar los esfuerzos para sostener la eliminación del sarampión, rubeola y síndrome de rubeola congénita.
El sarampión es una enfermedad vírica muy contagiosa que afecta sobre todo a los niños y se transmite por gotículas procedentes de la nariz, boca y faringe de las personas infectadas.
Los especialistas detallan que los síntomas iniciales, que suelen aparecer de ocho a 12 días después de la infección, consisten en fiebre alta, rinorrea, inyección conjuntival y pequeñas manchas blancas en la cara interna de la mejilla.
Varios días después aparece un exantema que comienza en la cara y cuello, y se va extendiendo gradualmente al resto del cuerpo.
No hay tratamiento específico para el sarampión, y la mayoría de los pacientes se recuperan en dos o tres semanas.
Sin embargo, el sarampión puede causar complicaciones graves, tales como ceguera, encefalitis, diarrea intensa, infecciones del oído y neumonía, sobre todo en niños malnutridos y pacientes inmunodeprimidos.
Los expertos hacen hincapié en que el sarampión es una enfermedad prevenible mediante vacunación.
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