El Gobierno de Trump confirmó la deportación de un grupo de ocho hombres condenados por delitos graves en Estados Unidos a Sudán del Sur, tras una disputa legal que los mantuvo por semanas en una base militar en Djibouti.
Los ocho migrantes expulsados en mayo tienen las nacionalidades de México, Cuba, Laos, Myanmar, Sudán y Vietnam, y la orden de sacarlos de aquí se produjo tras ser condenados, según la administración Trump, por delitos como asesinato, homicidio, agresión sexual, actos lascivos con un menor y robo.
La subsecretaria del Departamento de Seguridad Nacional (DHS), Tricia McLaughlin, dijo que el vuelo de deportación que los transportaba aterrizó en Sudán del Sur poco antes de la medianoche (hora del Este) del viernes.
En un comunicado del DHS, McLaughlin tildó a los deportados de “dementes” que “finalmente deportados a Sudán del Sur el Día de la Independencia”.
“Tras semanas de demoras por parte de jueces activistas que pusieron en peligro a nuestras fuerzas del orden, el ICE (Servicio de Inmigración y Control de Aduanas) deportó a estos ocho delincuentes extranjeros ilegales, tan atroces que ni siquiera sus propios países los aceptan”.
Este método de mandar migrantes a terceros países se venía empleando desde hace meses. En abril, el juez de distrito Brian Murphy suspendió las deportaciones cuando ya se habían realizado a naciones como Panamá, Costa Rica, El Salvador y entraba en la disputa legal la decisión de enviarlos a Sudán del Sur.
El magistrado argumentó entonces que no se les estaba dando el tiempo suficiente a los migrantes para poder impugnar sus casos en las cortes, pues debían contar, dijo, con un plazo «mínimo de 10 días» para apelar como dicta la Convención de Naciones Unidas contra la Tortura.
A finales de junio el Tribunal Supremo falló a favor de que esa medida de la política migratoria de Trump siga adelante por ahora.
El viernes dos jueces federales denegaron un último intento de los defensores de los derechos de los inmigrantes para detener las deportaciones, alegando que tenían las manos atadas por las recientes órdenes del Supremo.
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