Es una cifra que revela el dinamismo de la actividad productiva del país y, por supuesto, el gran camino al desarrollo, explicó el ministro de Finanzas Públicas Jonathan Menkos, citado por el medio de prensa.
La nación puede seguir esta vía si la utilizamos para traducirla en más empleo, más bienestar y, por supuesto, políticas estatales que puedan llegar a la población, subrayó el titular.
La expectativa, en un escenario medio, es una tasa de crecimiento del 3,9 por ciento, y el trabajo es que esta variable supere lo más posible del 3,5 anual de los últimos años, remarcó el funcionario.
La cifra mencionada por Menkos va en la misma línea que la proyectada por el Banco de Guatemala (Banguat), amplió, por su parte, el analista del Centro de Investigaciones Económicas Nacionales, David Casasola.
Aunque –acotó- sigue el riesgo de una baja por el efecto que pueda tener la política arancelaria de Estados Unidos y si se logran acuerdos, el envío de remesas y la incertidumbre de cómo nos irá en el invierno.
“Yo diría que, por lo pronto, estamos en un escenario acorde con lo que se ha venido pronosticando”, añadió el experto.
La economía de este territorio centroamericano concluyó el pasado período anual con un aumento de 3,5 por ciento de su PIB, menor al 4,1 del 2022 y al ocho por ciento de 2021.
Las autoridades monetarias chapinas estimaron el crecimiento para el presente año impulsado por las remesas, inversión extranjera y una inflación controlada.
El presidente del Banguat, Álvaro González, expuso tiempo atrás que el país mantiene una posición sólida, fundamentada en un bajo nivel de endeudamiento público y un déficit fiscal moderado.
rgh/znc





