Medios como Radio Okapi, Actualité.CD, y la Agencia Congoleña de Prensa se hicieron eco del anuncio del mandatario estadounidense, Donald Trump, quien confirmó la víspera el encuentro en Washington.
Trump elogió el papel de su asesor principal para África, Massad Boulos, a quien agradeció su contribución a este avance diplomático, y dijo sentirse muy satisfecho de haber podido resolver este asunto.
“Espero que en las próximas dos semanas, los líderes de ambos países vengan a firmar el acuerdo final”, sostuvo y recordó que el 27 de junio los ministros de Asuntos Exteriores rubricaron el acuerdo en presencia del secretario de Estado norteamericano, Marco Rubio.
“Ahora marcaremos el fin de una terrible guerra que ha durado 30 años. He leído artículos, he escuchado testimonios, y fue un conflicto terrible”, afirmó Trump, según Radio Okapi.
Tras la firma del acuerdo en Washington por los cancilleres se han desatado numerosas críticas, muchas de las cuales señalan que el documento no reconoce la responsabilidad de Ruanda en la agresión a la RDC ni habla de la justicia que necesitan las víctimas del conflicto.
También es cuestionada la cooperación con Kigali para manejar los recursos minerales congoleños y en general se considera que el texto solo negoció los recursos naturales del país con Estados Unidos y Ruanda a cambio de una paz que resulta precaria pues no aborda todas las complejidades del diferendo.
Mientras los criterios son diversos, delegaciones de la Alianza del Río Congo-Movimiento 23 de Marzo (AFC/M23) y del gobierno de RDC ya se encuentran en Qatar para las negociaciones de un posible acuerdo de paz.
Los rebeldes tienen ocupada buena parte del este congoleño y, con la ayuda de Kigali, establecieron incluso administraciones paralelas, por lo que las conversaciones pueden resultar más complejas, aun cuando el asesor Boulos aseguró que las partes ya acordaron la versión final del documento.
En tanto, Kinshasa concluyó con el proceso de selección de delegados para el mecanismo conjunto de coordinación de seguridad, uno de los elementos fundamentales del tratado con Ruanda.
El presidente ruandés, por su parte, la pasada semana y a propósito del aniversario 25 del Día de la Liberación de su país ofreció un discurso distante del espíritu conciliador que debería prevalecer entre quienes pactan la paz.
Kagame no solo cuestionó la legitimidad de la elección de su homólogo congoleño, sino que amenazó en que si las Fuerzas Democráticas para la Liberación de Ruanda siguen en la RDC el problema persistirá: “Ruanda sabe qué hacer. […] No necesitamos el permiso de nadie para proteger a nuestro país”, sostuvo.
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