Como motivación del texto, reseña que los pobres pueden conducir en ese país asiático automóviles de este tipo, no así los movidos por combustibles fósiles. Esto ocurre cuando en muchos países los vehículos eléctricos (VE) se consideran compras de lujo.
Sin embargo, en China, casi la mitad de los coches vendidos el año pasado fueron eléctricos, es una realidad cotidiana, indica la publicación. Además, indican que a principios de siglo las autoridades chinas trazaron planes para dominar las tecnologías del futuro.
China fue una nación de bicicletas, pero es ahora líder mundial en vehículos eléctricos.
Por ejemplo, para los más de 18 millones de habitantes de Guangzhou, los ruidos del tráfico se transformaron en un zumbido.
Para el analista automovilístico Michael Dunne, en lo que respecta a los vehículos eléctricos, China lleva 10 años de ventaja y es 10 veces mejor que cualquier otro país.
La compañía BYD de China lidera ahora el mercado mundial de vehículos eléctricos, tras superar a su rival estadounidense Tesla a principios de este año.
Las ventas de BYD se vieron impulsadas por un vasto mercado nacional de más de mil 400 millones de personas, cuando ahora la compañía busca vender más coches en el extranjero.
El mismo objetivo tienen otras startups chinas que fabrican vehículos eléctricos a menor costo para el mercado masivo.
Los analistas suelen atribuir el origen del dominio chino en este sector a Wan Gang, un ingeniero formado en Alemania que asumió el cargo de ministro de Comercio y Ciencia de China en 2007.
Relata Dunne que él miró a su alrededor y dijo: Buenas noticias: ahora somos el mayor mercado automovilístico del mundo. Malas noticias: en las calles de Beijing, Shanghái y Cantón solo veo marcas extranjeras.
En aquel entonces las marcas chinas simplemente no podían competir con los fabricantes europeos, estadounidenses y japoneses en cuanto a calidad y prestigio. Estas empresas contaban con una ventaja indiscutible en la producción de vehículos de gasolina o diésel.
Pero China contaba con amplios recursos, una mano de obra cualificada y un ecosistema de proveedores en la industria automotriz.
Así que Wan decidió cambiar las reglas del juego y dar un giro radical al pasarse a los vehículos eléctricos, afirma Dunne.
Ese fue el plan maestro. Si bien el gobierno chino ya había incluido los vehículos eléctricos en su plan económico quinquenal en 2001, no fue hasta la década de 2010 que comenzó a otorgar grandes subsidios para impulsar el sector.
China, a diferencia de las democracias occidentales, tiene la capacidad de movilizar grandes sectores de su economía a lo largo de muchos años para alcanzar sus objetivos. Los gigantescos proyectos de infraestructura del país y su dominio en la industria manufacturera son prueba de ello.
El Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS) en los Estados Unidos, estima que, entre 2009 y finales de 2023, Beijing invirtió alrededor de 231 mil millones de dólares en el desarrollo de la industria de los vehículos eléctricos. Desde consumidores y fabricantes de automóviles hasta proveedores de electricidad y baterías, todos en China tienen derecho a recibir dinero y ayuda en lo que respecta a los vehículos eléctricos.
El gobierno chino está haciendo lo mismo que se ve en Europa y Estados Unidos: proporcionar apoyo político, incentivos al consumidor e infraestructura, declara a la BBC Brian Gu, presidente del fabricante de vehículos eléctricos XPeng.
La BBC fue invitada a una prueba de conducción de un nuevo modelo, el Mona Max de XPeng, que acaba de salir a la venta en China por unos 20 mil dólares.
Los ciudadanos reciben subvenciones por cambiar su coche no eléctrico por un vehículo eléctrico, así como exenciones de impuestos y tarifas subsidiadas en las estaciones de carga públicas.
Estados Unidos, Canadá y la Unión Europea impusieron aranceles significativos a la importación de VE chinos.
Sin embargo, Reino Unido afirma que no planea seguir ese ejemplo, lo que lo convierte en un mercado atractivo para empresas como XPeng, que comenzó a vender su modelo G6 en el mercado británico en marzo.
La compañía BYD también lanzó un modelo en Reino Unido, el Dolphin Surf, con precios desde los 26 mil 100 dólares.
Los chinos piensan en un futuro en el que fabriquen prácticamente todos los autos del mundo. Miran a su alrededor y se preguntan: ¿Puede alguien hacerlo mejor que nosotros?, afirma Dunne.
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