Reportes de la estatal Petroecuador compartidos en la prensa local señalan que en días recientes la producción promedio estuvo en alrededor de 39 mil barriles, un 89 por ciento menos frente a los 369 mil barriles extraídos el 1 de julio pasado.
Desde ese día se suspendió el traslado de hidrocarburos por los dos oleoductos del país ante riesgo de roturas.
El Sistema de Oleoducto Transecuatoriano (SOTE) y el Oleoducto de Crudos Pesados (OCP) están fuera de servicio por las fuertes lluvias en la provincia amazónica de Napo y al avance de la erosión regresiva del río Coca, también en el oriente de esta nación sudamericana.
Se espera que este lunes retome sus operaciones el OCP.
El Frente de Defensa Petrolero Ecuatoriano advirtió a través de su cuenta en la red social X que «la capacidad de almacenamiento ha llegado a su límite”.
No obstante, Petroecuador aclaró que “hasta el momento no se ha ordenado el apagado total de las bombas de extracción petrolera”, divulgó el diario El Universo.
Debido a la paralización de los oleoductos, se estima que Ecuador dejó de recibir 109 millones de dólares en los siete primeros días de suspensión.
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