El tracoma es también la primera enfermedad tropical desatendida eliminada en esta nación.
Se trata de “una victoria colectiva, posible gracias a casi 20 años de movilización nacional y solidaridad internacional. Agradezco a todos los socios, actores comunitarios e instituciones de Burundi y del resto del mundo que hicieron posible este logro histórico”, afirmó el doctor Lydwine Baradahana, ministro de Salud Pública y Lucha contra el SIDA de Burundi.
Esa enfermedad es causada por la bacteria Chlamydia trachomatis y se propaga por contacto personal, superficies contaminadas y a través de moscas que han estado en contacto con secreciones oculares o nasales.
Según los expertos, las infecciones repetidas pueden provocar cicatrices, párpados hacia adentro y, en última instancia, ceguera.
A nivel mundial este mal es endémico en muchas comunidades vulnerables donde el acceso al agua potable y al saneamiento es limitado.
El tracoma sigue siendo un problema de salud pública en 32 países, con aproximadamente 103 millones de personas viviendo en zonas que requieren intervenciones contra la enfermedad.
Se encuentra principalmente en las zonas más pobres y rurales de África, América Central y del Sur, Asia, el Pacífico Occidental y Oriente Medio.
La Región de África de la OMS se ve desproporcionadamente afectada por el tracoma: en abril de 2024, 93 millones de personas vivían en zonas de riesgo, lo que representa el 90 por ciento de la carga mundial de esta enfermedad.
Actualmente, 20 países del área requieren intervenciones para la eliminación del tracoma: Argelia, Angola, Burkina Faso, Camerún, República Centroafricana, Chad, Côte d’Ivoire, Eritrea, Etiopía, Guinea, Kenia, Mozambique, Níger, Nigeria, República Democrática del Congo, República Unida de Tanzanía, Sudán del Sur, Uganda, Zambia y Zimbabue.
Los otros siete países de la región validados por la OMS como naciones que eliminaron el tracoma como problema de salud pública son Benín, Gambia, Ghana, Malawi, Malí, Mauritania y Togo.
Otros cuatro —Botswana, Guinea-Bissau, Namibia y Senegal— afirman haber alcanzado las metas de prevalencia para la erradicación.
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