Por medio de un comunicado, la entidad aclaró que esta decisión se basó en un claro entendimiento que garantiza el compromiso de las fuerzas ilegales de no recurrir a la venganza ni a la violencia contra la población civil.
Denunció que, tras la retirada de las fuerzas gubernamentales, grupos armados irregulares cometieron atrocidades contra la población que contravienen por completo las obligaciones de la mediación, amenazan directamente la paz civil y conducen al caos y al colapso de la seguridad.
«Si bien hacemos un llamamiento a todas las partes a la calma y la moderación, el Estado sirio insiste en la necesidad de permitir que las instituciones estatales ejerzan su soberanía y apliquen la ley en Sweida», indicó la nota.
Afirmó su pleno compromiso de exigir responsabilidades a todos los implicados en la comisión de delitos y la violación de la ley, independientemente de su afiliación.
«El Estado sirio reitera su firme compromiso de proteger a todos los sirios, independientemente de su origen sectario o étnico. El Estado sirio también insta a la comunidad internacional a apoyar sus esfuerzos para restablecer la estabilidad, controlar las armas ilegales e imponer el Estado de derecho en todo el territorio sirio», aseguró la Presidencia siria.
Por otro lado, advirtió contra la continua y flagrante injerencia israelí en los asuntos internos de Siria, y consideró que solo conduce a un mayor caos y destrucción y complica aún más la situación regional».
La violencia desatada desde el pasado domingo en la provincia sureña de Sweida cobró la vida de al menos 600 personas, entre civiles y militares, en medio de reportes sobre violaciones cometidas por los bandos en conflicto.
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