A los 91 años de edad, Akihito padece isquemia miocárdica y los médicos consideraron necesario ajustarle la medicación prescrita en el mes de mayo, en el propio nosocomio.
Tras recibir el alta, el emperador emérito fue visto de buen ánimo junto a la emperatriz emérita, Michiko (de 90 años), cuando los trasladaban a su residencia, en el distrito capitalino de Minato.
Akihito se convirtió en el primer emperador japonés en renunciar al trono en casi 200 años, al abdicar el 30 de abril de 2019, como consecuencia de su avanzada edad y problemas de salud que le dificultaban cumplir con sus responsabilidades.
Siguiendo la tradición, fue sucedido por su hijo mayor, Naruhito, cuyo ascenso marca el inicio a la era Reiwa, que significa “bella armonía” y representa un cambio en la tradición imperial japonesa.
De acuerdo con la Constitución de 1947, el emperador de Japón es un símbolo constitucional del Estado y la unidad del pueblo, con funciones ceremoniales y diplomáticas, sin poder político real.
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