Las medidas afectan a presuntos oficiales de inteligencia militar, vinculados según Londres al caso Skripal en 2018 y operaciones en Ucrania.
También sancionaron al medio Iniciativa Africana y tres de sus directivos.
Los sancionados enfrentan prohibición de entrada al territorio británico y congelamiento de activos financieros si se detectan en bancos del Reino Unido.
Por su parte, analistas cuestionan las pruebas presentadas.
Esta es la 16 ronda de sanciones británicas contra Rusia desde 2022.
Expertos señalan su carácter simbólico, dado el mínimo intercambio financiero bilateral actual.
La medida coincide con crecientes acusaciones occidentales sobre supuesta interferencia rusa en elecciones, aunque Londres no vinculó explícitamente estas sanciones a procesos electorales.
El Kremlin, por su parte, calificó las restricciones como infundadas, recordando que Reino Unido nunca presentó evidencia concluyente sobre el incidente Skripal.
Observadores políticos interpretan el movimiento como gesto de alineamiento con la postura estadounidense ante la cumbre de la Organización del Tratado Atlántico Norte en Washington.
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