La Oficina de Prensa del Gobierno en el territorio afirmó en un comunicado que todas las víctimas “son civiles hambrientos que buscan sobrevivir bajo el asedio y la inanición”.
La institución responsabilizó de este crimen al gobierno israelí y a varias potencias occidentales, entre las que citó a Estados Unidos, Reino Unido, Francia y Alemania “por su implementación y apoyo al genocidio contra los civiles en Gaza”.
Casi a diario se reportan ataques de los uniformados contra los palestinos que se acercan a pedir comida en esos centros, muy criticados por la ONU y ONG globales.
Recientemente, el comisionado general del Organismo de Obras Públicas y Socorro de las Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo, Philippe Lazzarini, afirmó que el nuevo sistema “se ha convertido en un campo de batalla”.
Ese método dista mucho de respetar el principio de humanidad. No está diseñado para combatir el hambre y a menudo se justifica con el pretexto de un desvío de ayuda que aún no se ha demostrado, advirtió.
Lazzarini señaló que, en lugar de una distribución ordenada de alimentos, este mecanismo genera deshumanización, caos y muerte.
También la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (Acnudh) criticó el mecanismo, creado por Israel y estados Unidos.
Las personas desesperadas en la Franja enfrentan la elección inhumana de morir de hambre o arriesgarse a ser asesinados mientras intentan obtener alimentos, denunció la Acnudh.
Desde que la llamada “Fundación Humanitaria de Gaza” comenzó a operar el 27 de mayo, el Ejército israelí bombardeó y disparó diariamente contra los palestinos que intentaban alcanzar los puntos de distribución, criticó.
Ante esa situación, afirmó que “cada uno de estos asesinatos debe ser investigado de manera rápida e imparcial”.
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