El ministro de revitalización económica de Japón, Ryosei Akazawa, desde Washington, agradeció a las partes involucradas en las negociaciones y escribió en su cuenta en la red social X: “misión cumplida”.
Sin embargo, el anuncio del presidente estadounidense, Donald Trump, sobre un acuerdo de gravámenes recíprocos del 15 por ciento, no contempla la eliminación de otros impuestos que afectan desde hace meses la economía nipona.
Las negociaciones que llevaron a Akazawa y una delegación de funcionarios japoneses a la capital de Estados Unidos en ocho ocasiones abarcaban varios puntos y el compromiso de partida con el pueblo fue solicitar la eliminación de todos los aranceles.
Trump comenzó a aplicar, desde principios de marzo, un arancel del 25 por ciento a todas las importaciones de acero y aluminio, que duplicó desde el 4 de junio.
Otro duro golpe a la economía nipona constituyó la puesta en práctica de una tarifa adicional del 25 por ciento a las importaciones de automóviles de compañías de Japón, un sector económico clave que acapara cerca del 30 por ciento de las exportaciones de este país a Estados Unidos.
El mandatario norteameriano anunció tal medida semanas después de decretar un nuevo impuesto del 25 por ciento a los automóviles fabricados fuera de su territorio nacional, por lo que la tasa para los vehículos importados de Japón se sumó a aquel gravamen.
De acuerdo con lo revelado este miércoles, el sector automovilístico japonés experimentará solo una reducción de los aranceles del 25 por ciento al 15 por ciento, pero queda sujeto a las otras disposiciones.
Mediante la plataforma web Truth Social, Trump calificó el actual pacto de gigante e informó que Japón invertirá 550 mil millones de dólares en Estados Unidos y que su país acaparará el 90 por ciento de las ganancias.
Por su parte, Ishiba prometió analizar todos los detalles con detenimiento en el transcurso de los próximos días y afirmó que el pacto ayuda a proteger los intereses nacionales de Japón y Estados Unidos.
Además, manifestó la disposición de coordinar con Washington acciones para crear empleos, fabricar buenos productos y desempeñar diversas funciones en el mundo.
Trump había amenazado a Japón con imponer un arancel específico del 25 por ciento sobre sus bienes importados si no llegaba a un acuerdo con la Casa Blanca antes del 1 de agosto.
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