Encabezados por el titular de ese colectivo, el vicecanciller Carlos Guevara Mann, los invitados depositaron una ofrenda floral en el monumento que perpetúa la memoria de Bolívar en la Plaza homónima, situada en el Casco Antiguo de esta capital.

Luego, una solemne velada incluyó el informe de gestión de dos años de esa Sociedad y la juramentación para el mandato 2025-2027 de la nueva junta directiva que liderará también el diplomático, quien además fue reconocido por la Academia de Nacional de Historia de Ecuador.

La conmemoración, que a la que asistió además la ministra de Cultura, Maruja Herrera, fue antesala de la realización en el istmo de las IV Jornadas del Congreso Americano de la Libertad.

El homenaje tuvo por escenario el mismo Salón- ahora en el interior de la cancillería local. donde en 1826 sesionó el Congreso Anfictiónico de Panamá, un proyecto bolivariano de unidad regional para enfrentar a la colonia española y en el que el orador invitado fue el embajador de Colombia en el istmo y miembro de la Sociedad, Fabio Mariño.

En sus palabras, el conferencista evocó pasajes de la vida y batallas libradas por Simón José Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar y Palacios (24 de julio de 1783 – 17 de diciembre de 1830), a quien catalogó como un estadista que dirigió la lucha por la independencia del imperio español de las naciones que hoy conforman a Colombia, Venezuela , Ecuador , Perú , Panamá y Bolivia.

Mariño hizo referencia a un ensayo que denominó “Los 33 días que zarandearon a la América India”, parte de la ruta de la campaña llamada por el Libertador de “invasión a la Nueva Granda y asalto a Santafé”.

En la reseña de lo que Marino llamó un pedazo del tiempo y sobre una de las tantas maniobras que fueron como tormentas en el transitar revolucionario de nuestro Simón Antonio se enaltecieron a mujeres conocidas como las “Juanas o Voluntarias” y de jóvenes que colaboraron con esa noble causa, como Simona Amaya y el imberbe Pedro Pascasio Martínez.

Para el embajador colombiano, la intrépida acción que selló la libertad de la Nueva Granada abrió caminos hacia el sur y dio continuidad a las gestas emancipadoras que, bajo la espada de Bolívar, luego brillaron en Carabobo, Pichincha, Junín y Ayacucho.

Muchos eventos y sacrificios dieron fuerza y certeza a la gesta emancipatoria capitaneada por Bolívar desde 1809, y consolidada en su visión integracionista con la invitación al Congreso Anfictiónico de Panamá a los gobiernos independientes de Colombia, México, Chile, La Plata, las Provincias Unidas de Centroamérica (Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua y Costa Rica), Bolivia, Chile y Argentina, agregó.

De esa manera, señaló, Bolívar impulsó la idea de un foro que reuniera a las naciones hispanoamericanas y así lograr la cooperación entre ellas, defender sus intereses, promover la amistad entre los países y fortalecer la unión.

Mariño concluyó su intervención con una nota de alguno de sus mejores biógrafos: “Simón Bolívar, el Libertador de América, creador de seis Repúblicas, el más ilustre americano de todos los tiempos, para costear su último viaje tuvo que vender hasta sus caballos y utensilios personales”.

Siete días después de formular su última proclama, a la una de la tarde frente a su mar Caribe de siempre “murió el Sol de Colombia”, concluyó.

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